El posible asesinato de Juan Pablo I. Un análisis
Temas dudosos Tuesday, March 7th, 2017Cuando Juan Pablo I, nacido Albino Luciani, fue encontrado muerto en su cama el 26 de agosto de 1978, había ejercido como papa tan sólo treinta y tres días. Los rumores comenzaron a circular inmediatamente en el sentido de que su muerte no sólo había sido prematura, sino también sospechosa. Y comenzaron también las preguntas sobre quién salía beneficiado.
Juan Pablo I es recordado por su humildad y cordialidad, unas cualidades que, en esa época, no estaban demasiado asociadas a los pontífices, pero aún quedan dudas de que su muerte podría no haber sido natural, unas dudas que no han sido disipadas por una serie de mentiras inexplicables, torpes y fácilmente refutadas que hicieron circular los protavoces del Vaticano después de su muerte.
Juan Pablo I también había chocado con el aparato Vaticano cuando se produjo la venta en Venecia de un banco subsidiario de la Iglesia algunos años antes, y un gran escándalo se estaba cociendo alrededor de esa organización, que se remontaba hasta la segunda guerra mundial. El escándalo se relacionaba con el lavado de dinero confiscado por los nazis a las víctimas del Holocausto y al establecimiento, una vez terminada la guerra, de una ruta de escape a través de la cual oficiales de alto rango de las SS y otros criminales de guerra consiguieron huir con sus fortunas a América del Sur. También se decía que el banco tenía vínculos más recientes con el crimen organizado. Otras tensiones se habían generado entre bastidores después de que Juan Pablo I considerase abiertamente la posibilidad de flexibilizar la posición de la Iglesia católica en materia de contracepción, después de haberse reunido con delegados de las Naciones Unidas para hablar de la población mundial.
La teoría de la conspiración
La sugerencia fue que una alianza entre los elementos institucionalmente corruptos y los ultraconservadores pudo crear suficiente presión, y también proporcionar los medios, para que el flamante papa fuese asesinado en su cama antes de que pudiese despedir a altos funcionarios del Vaticano por corrupción en el Banco Vaticano. Al mismo tiempo, la Iglesia se habría librado de un reformista potencial en la delicada cuestión del control de la natalidad. Se trataba por tanto de una combinación de fanatismo religioso e intereses económicos que, dados los antecedentes, no parecía inverosímil.
Las pruebas
El Vaticano afirmó en su día que el cuerpo sin vida de Juan Pablo I fue encontrado por el secretario papal, John Magee, cuando, en realidad, quien lo encontró fue una monja del servicio del pontífice, la hermana Vincenza, quien le llevaba una taza de café. Se emitió una hora falsa de su muerte. Se dijo que sus objetos personales, incluidas las gafas, su testamento y los documentos en los que estaba trabajando antes de morir, se habían perdido cuando, de hecho, estaban en posesión de la familia de su hermana. Se contaron historias contradictorias relativas a su estado de salud, con el Vaticano tratando de transmitir una imagen exagerada de un hombre enfermo, físicamente incapaz de soportar las tensiones del papado. En ese sentido, se insinuó que sufría algunas dolencias relacionadas con su exagerada afición al tabaco, cuando la verdad es que Juan Pablo I no sñólo no era fumador, sino que detestaba el tabaco. El cuerpo del papa fue embalsamado al día siguiente de su muerte, pero no se le realizó autopsia alguna. Si el Vaticano hubiese estado sujeto a la legislación italiana, esta omisión la habría violado. Sin embargo, el Vaticano insistió en que sus estatutos prohibían que a un pontífice se le practicase la autopsia. (Más tarde, este extremo también se reveló incorrecto. En 1830 se practicó la autopsia a los restos mortales del papa Pío VIII, lo que reveló las pruebas de un posible complot para envenenarlo.)
Como la campaña de desinformación lanzada por el Vaticano fue refutada en todos los casos, los rumores se tornaron más extravagantes. La muerte de un prelado de visita en el Vaticano durante una audiencia con el papa, pocos días antes de la muerte del propio Juan Pablo I, fue atribuida a un «café envenenado» cuyo destinatario era el pontífice. Tampoco esto pudo ser demostrado.
Conclusión
Si la conspiración realmente existió, su supuesto plan funcionó a la perfección al menos a un nivel. Juan Pablo I fue reemplazado por un representante de la línea dura de la Iglesia, Juan Pablo II, aunque nada pudo mantener tapado el escándalo que sacudió al Banco Vaticano, que en 1982 se derrumbó después de que el cuerpo de Roberto Calvi fuese encontrado colgado del puente Blackfriars, en Londres. Una muerrte más que viene a confirmar las sospechas de que se jugaba con órdagos.
Calvi era el director del elitista Banco Ambrosiano, en aquel momento la institución financiera privada más importante de Italia. Cuando un forense británico dictaminó que la muerte de Calvi había sido un suicidio, a pesar de que la víctima había sido sobrecargada con cuarenta y ocho kilos de piedras y ladrillos y tenía las manos atadas a la espalda, la familia Calvi exigió que se le practicase una segunda autopsia, lo que destapó la caja de Pandora de la corrupción política y financiera.
Siendo absolutamente objetivos, y para que no se nos acusa de realizar acusaciones sin pruebas, tenemos que reconocer que NUNCA se ha demostrado que la muerte de Luciani no fuese natural, y así lo constatamos, dejando este caso en el apartado de dudosos. La acumulación de indicios nos hace pensar, no obstante, y a nivel personal, que se trata de una conspiración veraz y que el papa Juan Pablo I fue asesinado.


Short URL: http://www.conspiracion.org/?p=322
© 2019 Conspiración. All Rights Reserved. Log in - Designed by Gabfire Themes
Información Bitacoras.com
Valora en Bitacoras.com: JUAN PABLO I Nacido en 1912, Forno de Canale, Italia Fallecido en 1978, Roma, Italia Cuando Juan Pablo I, nacido Albino Luciani, fue encontrado muerto en su cama el 26 de agosto de 1978, había ejercido como papa tan sólo tr…
[…] El posible asesinato de Juan Pablo I. Un análisis […]